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Proyecto “Nutramar”

DESARROLLO DE PROCESOS INNOVADORES Y EFICIENTES PARA EXTRAER COMPUESTOS BIOACTIVOS COMO ASTAXANTINA, QUITINA O COLÁGENO, A PARTIR DE DESCARTES DE CRUSTÁCEOS Y PESCADOS.

 

La industria de la pesca (pesca extractiva y acuicultura), incluyendo su transformación y comercialización, representa a nivel europeo uno de los sectores económicos más importantes.

En concreto, España genera nada menos que el 20% de la producción total de la Unión Europea (UE) y la industria pesquera y de transformación supone una cifra de negocios de 7.498 millones de € anuales.

 

Anualmente, los descartes de las actividades de la pesca (pescado, moluscos y crustáceos) superan a nivel mundial los 40 millones de toneladas, lo que equivale al 25% de la producción total.

Estos descartes incluyen especies consideradas como «no comerciales», biomasas generadas en los procesos de transformación del pescado y subproductos sin valor comercial o con un valor comercial bajo debido a características como el de tener tamaño reducido, partes no comestibles, etc.

 

En general, en la industria pesquera, sólo el 30%-40% del volumen total se transforma en productos para el consumo humano (por ejemplo, medallones y filetes de pescado). Tras la transformación, una enorme cantidad de material (en algunas especies hasta el 70%), incluidas conchas, aletas, cabezas, piel o vísceras, se desecha por catalogarse como «desperdicios».

 

La normativa a nivel nacional y europeo más reciente está fomentando la valorización de los descartes. En este sentido, el Reglamento 1380/2013 y siguientes obliga a todos los buques pesqueros a conservar, llevar a puerto y desembarcar todas las capturas, tanto las realizadas sujetas a cuota o que tengan un tamaño mínimo legal, como las especies comerciales infrautilizadas y sin viabilidad comercial para consumo humano, debiendo proceder a su valorización. A nivel nacional, el Anteproyecto de Ley de desperdicios alimentarios promueve la reducción de los mismos, fomentando su reutilización.

 

En la actualidad, la utilización más común de los subproductos de la pesca se destina a la producción de harina, aceite de pescado y fertilizantes. Anualmente, 15 millones de toneladas de pescado capturado se utilizan para producir estos productos de bajo valor añadido, no contemplándose otras vías más valiosas y sostenibles de utilización estas biomasas.

 

A pesar del escaso valor asignado tradicionalmente a los subproductos de la pesca, es posible extraer y valorizar un número significativo de compuestos bioactivos como proteínas (enzimas), hidrolizados de proteínas (péptidos bioactivos), lípidos como

ácidos grasos poliinsaturados, polisacáridos como glucosaminoglicanos, astaxantina, quitina, etc.

 

Actualmente, la industria pesquera se centra en maximizar la explotación comercial de los productos primarios de la pesca, demostrando escaso interés por los subproductos/descartes, lo que se traduce en una pérdida de oportunidades debido, entre otros motivos, a la insuficiente inversión en tecnologías que permitan la utilización de estas biomasas para aplicaciones comerciales de mayor valor añadido.

 

Esta situación se enmarca en un contexto en el que se espera que la población mundial crezca cerca de un tercio para el año 2050, lo que incrementa la necesidad global de recursos nutricionales alternativos, sostenibles y renovables, obtenidos dentro de un modelo económico capaz de satisfacer la creciente demanda de alimentos, tanto para humanos como para animales, cumpliendo con los pilares de una economía circular.

 

Teniendo en cuenta este escenario actual y futuro, es evidente que existe una fuerte demanda de nuevas soluciones técnicas y organizativas para ofrecer una mejor explotación de estas biomasas procedentes de la industria pesquera. Es en este contexto en el que se enmarca el proyecto NUTRAMAR cuyo objetivo principal es el desarrollo de procesos y tecnologías innovadoras para la extracción y valorización de compuestos bioactivos de alto valor añadido a partir de subproductos y descartes de origen marino.

 

En consecuencia, el proyecto tiene como objetivo optimizar el concepto de economía circular en la cadena de valor del sector pesquero y acuícola a través de la investigación, el desarrollo experimental y la transferencia de sus resultados hacia el mercado.